Desde la aparición del homosapiens unos 200 mil años atrás, las organizaciones humanas se han convertido en el gran motor del desarrollo del planeta y la longevidad de la especie. Con las primeras organizaciones de cazadores y recolectores basadas en la cooperación, la habilidad de crear y contar historias de individuo a individuo, la humanidad ha creado lo que conocemos hoy como cultura, política, arte, ciencia, tecnología, religión y, en realidad, todo lo que nos rodea. La habilidad del hombre de soñar y convertir sus sueños en realidad nos hace imparables en la capacidad creativa e innovadora con respecto de las demás especies. El hombre no vuela naturalmente, pero logra volar por su capacidad de soñarlo, crearlo y ejecutarlo.
Como dice Yuval Noha Harari en su último libro “Unstoppable Us” (2022), hemos evolucionado a partir del superpoder de contar historias a partir de nuestra imaginación, esa imaginación se fortalece con la capacidad única, como especie, de cooperar inclusive con personas que no conocemos ni conoceremos en nuestras vidas. El conocimiento crece exponencialmente por la cantidad de cerebros creativos conectados imaginando un mejor futuro, la hiperconectividad que hemos logrado con la era digital y el internet ha potenciado ese crecimiento.
Han sido muy variadas las formas de organizaciones humanas a través de la historia. Desde los cazadores y recolectores, como organizaciones simples motivadas por la supervivencia, las sociedades agrícolas, los imperios antiguos como el sumerio, egipcio, griego y romano, las sociedades feudales de la edad media, las ciudades-Estado y repúblicas como Atenas y Esparta, los imperios medievales como el Bizantino, Español, Otomano y Mongol, las monarquías, las revoluciones y las repúblicas como la Francesa y las independencias de Estados Unidos y de América Latina, hasta los estados modernos y las organizaciones que se crearon en la revolución industrial tales como las grandes factorías, industrias y corporaciones, muchas de ella en forma de empresas privadas, fueron las que fortalecieron en su momento los mercados de capitales y las bolsas de valores. Todas ellas evolutivamente han llevado a que el ser humano sea más eficiente en la producción de bienes y servicios para la sociedad.
Desde el fortalecimiento de las empresas privadas durante la revolución industrial (1780-1870), éstas han logrado, paso a paso, grandes eficiencias producto de la competencia y la necesidad de subsistir como organizaciones; se han sofisticado en la creación de soluciones a los problemas del diario vivir de individuos y empresas, que en comparación con organizaciones de gobierno, las repúblicas, los imperios, las monarquías, universidades, los estados, las comunidades y las demás organizaciones humanas, sobresalen por las eficiencias logradas por cuanto maximizan la satisfacción del ciudadano (mercado) minimizando el uso de recursos naturales, materiales, intelectuales y económicos. Los problemas del diario vivir de los humanos en temáticas de salud, bienestar, educación, alimentación, seguridad, movilidad, vivienda, entretenimiento, financiación, servicios públicos, entre otras, hoy son solucionados por empresas privadas con mejores precios, calidad y sostenibilidad ambiental, social y financiera. La empresa privada se auto-depura pues está siempre expuesta a la racionalidad permanente del análisis de costo-beneficio propio del mercado. Como consecuencia, la empresa privada con el pasar de los años se ha convertido en el mayor generador de empleo del mundo desarrollado, el mayor generador de riqueza y el mayor generador de equilibrio social sostenible en el largo plazo. Hoy la productividad y la producción de bienes y servicios de las naciones desarrolladas están fundamentadas en el actuar de las empresas privadas.
En los años 70s del siglo XX, como resultado de la convergencia del avance de las tecnologías digitales, el internet y de la estrategia empresarial privada, surgen como un subconjunto de las empresas privadas, las empresas de base tecnológica conocidas hoy como las Bigtechs, la cuales logran en menos de 40 años liderar los mercados de consumidores y de capitales del mundo con empresas fundadas como Microsoft (1975), Apple (1976), Amazon (1994), Google (1998), Netflix (1997), MercadoLibre (1999), entre otras. Los mercados de capitales que tienen su origen en las empresas privadas, desde los primeros comerciantes e inversionistas hasta el auge que ganan con la revolución industrial, se basan en la transparencia frente al mercado y es así como logran catalizar el valor que entregan las empresas privadas a la sociedad, al medio ambiente y por supuesto a los inversionistas. La transparencia de los mercados de capitales es la base de la confianza de los inversores, obligaciones de divulgación de Información, la Información en tiempo real, los deberes de información de operaciones, la regulación contra el abuso de información, las auditorías externas, el acceso Igualitario a la Información, la participación de organismos reguladores, hacen que las empresas privadas que llegan a listarse en las bolsas de valores, realmente se auto regulen para poder mantener la incesante tarea de crecer y agregar valor a la sociedad.
Más recientemente, a inicios de este siglo XXI, nacen como otro tipo de empresas privadas mucho más evolucionadas, las que se conocen como startups de base tecnológica, empresas como: Linkedin (2003), Skype (2003), Facebook (2004), Arbnb (2008), Uber (2009), Tappsi (2012), Ubits (2013), NuBank (2013), Tpaga (2013), 1DOC3 (2013), Rappi (2015), OpenAI (2015), Finaktiva (2017), Habi (2019), Muncher (2019), Trii (2021), Approbe (2021), entre otras miles, surgen como resultante de los procesos evolutivos de tecnologías exponenciales, como la Inteligencia Artificial (incluyendo la Generativa), el Blockchain, Realidad Aumentada, Realidad Virtual, Impresión 3D, Internet de las cosas, Biotecnologia, 5G, liFi y Computación Cuántica, y la evolución de la estrategia empresarial, lo que en HubBOG (Aceleradora de +500 Startups creada en el 2008), llamamos “La Estrategia Startup”. La estrategia empresarial ha sido reinventada por estas empresas para lograr eficiencias nunca antes vistas. Las Startups de base tecnológica hacen uso de metodologías ágiles, tecnologías como las mencionadas y especialmente nuevos modelos de liderazgo basados en la pasión de los fundadores y su irrenunciable deseo de impactar positivamente a millones de personas sin importar condiciones de género, raza, nivel socioeconómico, lugar de residencia o religión. Buscan permanentemente llegar a la base social con productos y servicios que históricamente han sido para unos pocos.
Para lograr millones de usuarios, las Startups se dirigen a más y más mercados populares, ofreciendo mejores precios y reduciendo dramáticamente costos para hacerse sostenibles. El uso de la tecnología y el trabajo innovador y creativo permanente es lo que les permite seducir más y más clientes, y es así como logran un propósito claro de impacto positivo a millones de personas con eficiencias nunca antes logradas por organización alguna.
Adicionalmente, el desarrollo de los mercados de capital emprendedor, conocido como Venture Capital ha sido determinante para este tipo de empresas. Los conocidos Unicornios, son Startups que en muy poco tiempo logran valoraciones de más de 1 billón de USD, valoración dada por procesos de inversión de fondos altamente especializados en este tipo de empresas privadas.
Fintech (Servicios financieros), Proptech (Construcción e Inmobiliario), Healthtech (Salud), EdTech (Educación), AgTech (Agricultura), Foodtech (Cadena de Alimentos), Climatechs (Medio Ambiente), e-commerce (Comercio), Software As a Services (SAAS), Energytech (Energías renovables) son algunas de las nuevas industrias que se han desarrollado por la evolución exitosa de las Startups de base tecnológica.
Las empresas privadas y especialmente las Startups de base tecnológica, son las organizaciones humanas más eficientes de la historia de la humanidad. Logran impactar social y ambientalmente como ninguna otra y atraen inversionistas globales, por sus eficiencias y velocidad de crecimiento en el mercado. Sin duda, son y seguirán siendo por años, la mejor alternativa para generar desarrollo, equilibrio social y superación de la pobreza en todo país o región que decida incentivarlas y fomentar su crecimiento para resolver problemas del diario vivir de su población. El impacto social es innegable y demuestra con creces que son la base del desarrollo de los países líderes del presente y el futuro.
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