Rene Rojas tiene un propósito firme y claro que da sentido a su vida, el de “impactar de manera positiva a millones de personas a través de acompañar, ayudar a crear e invertir en empresas que solucionen problemas diarios”. Sin embargo, el Fundador y CEO de HubBOG y fundador del Club de Inversionistas HubBOG, entre otras seis empresas más, recorrió un largo trecho hasta materializarlo.
“Vengo de una familia común y corriente de Colombia”, comienza rememorando sobre sus orígenes. “Me eduqué con jesuitas en el bachillerato, luego en la Universidad me gradué como Ingeniero con una altísima dosis de amor por el conocimiento. En aquel momento, había grandes limitaciones al conocimiento, por lo que realmente se debía ser amorosos con él”, continúa relatando.
Tras hacer su carrera, Rojas comenzó a trabajar en el sector financiero y se enamoró de los números, las matemáticas y las finanzas, lo que derivó en convertirlo en banquero, y luego, a trabajar en banca de inversión. Su pasión por ser capaz de transmitir conocimiento, además, combinó su experiencia con el dictado de conferencias y clases en programas de maestrías.
“En el año 1997 toqué por primera vez internet liderando un proyecto para proveer servicios, cosas como saber el saldo de tu cuenta bancaria de manera online, algo disruptivo para aquel entonces”, cuenta Rojas delimitando un momento que pareciera ser bisagra en su trayecto. Y a propósito de este, concluye: “Finalmente terminé liderando un proyecto en internet y me enamoré, vi que podía transformar el mundo. Terminé en el año 2000 haciendo una maestría en negocios electrónicos en Australia, estaba convencido de que internet era el camino para transformar a las empresas y cambiar la realidad, sin embargo, no sabía cómo”.
Paralelamente a esa revelación, Rojas empieza a acercarse al mundo de las startups y comenzó a darse cuenta que “a través del emprendimiento y no de las grandes corporaciones se iba a cambiar el mundo de manera más rápida”, lo que lo volcó de lleno a la creación de startups. Primero lo hizo en su país, tratado de convencer a las compañías de la oportunidad y la amenaza que significaba internet, aunque en ese intento no obtuvo los mejores resultados.
Sin embargo, en 2004 creó la plataforma de E-learning modelosdeformacion.com y comenzó a entender que “traía una solución para muchos”. A partir de una propuesta para liderar el proyecto de un campus educativo de 200 millones de dólares, dejó esa compañía que terminó quebrando y aprendió del error de haberla dejado.
“Finalmente en 2008 creamos Bogotech y en el 2010 HubBOG, un campus for startups, un campus de emprendimiento. Ahí mi propósito se magnificó, era ver a muchas personas hacer cosas valiosas para ellos y para la sociedad. Entendí que el emprendimiento es la mejor forma de dar. No es regalar, es dar a la sociedad soluciones a los problemas”, explica Rojas orgulloso.
En fin, un camino de éxito y aprendizajes que fueron guiándolo y acercándolo a su más pura motivación. Él, así lo resume: “Como un amante de la tecnología, me enamoré de internet y comencé a entender cómo los procesos se iban a sofisticar con el tiempo. Enamorado con la tecnología llegué a la innovación, y me di cuenta que con esto se podía hacer innovación práctica, rápida, sencilla y con números. Aunque al principio parecía que la metodología de la innovación era muy compleja, con las startups y la tecnología me di cuenta que eso era una innovación tangible, palpable. Ahí materialicé mi propósito”, reflexiona.
Todo su conocimiento en startups e inversión es sin dudas un aval más que sólido para tomar con atención su análisis del contexto actual y las transformaciones en los últimos años. En este sentido, Rojas asegura sin reparo: “Si pensamos a la pandemia como una amenaza de muerte colectiva, entendemos que nos amenazó y nos hizo repensar muchas cosas. Por ejemplo, empujándonos a lo digital. Ahí la humanidad cambió. Desde el lado de los inversionistas y las startups comenzaron a ganar sentido muchas propuestas que antes eran vistas como románticas”.
“Cambiaron muchas cosas del lado tecnológico, hubo un gran empujón”, insiste Rojas, y continúa: “Pero lo que cambió principalmente es la forma de pensar y abordar las startups como solucionadores de problemas reales de la humanidad. Un emprendedor de startups quiere ayudar a la humanidad, sacrifica su tiempo, su salud, su inversión, su ocio para ayudar a resolver problemas”.
Si de innovar se trata, Rojas es un experto en la temática. Desde HubBOG ha acompañado y graduado a más de 450 startups de base tecnológica, por lo que está más que claro que conoce el paño a la perfección. Justamente por eso, es capaz de explicar con claridad sus principales conceptos sobre la innovación.
“Una experta me dijo que innovar es hacer las cosas diferentes”, comienza explicando, “la innovación es desarrollar la capacidad de desaprender para poder crear cosas nuevas a partir de reaprender, romper los paradigmas en la fase creativa para romper con la terquedad que no te deja ver”, ilustra.
“Desaprender para romper los paradigmas requiere de mucho esfuerzo neuronal, pero innovar es eso. Si el cerebro está en estado de ocio, no va a haber innovación, debe estar en estado de ansiedad, de producir algo nuevo. En definitiva, nuevas soluciones a los mismos problemas de siempre, pero soluciones que evolucionan. Mejorar, dar placer y calidad de vida del ser humano”, desarrolla Rojas.
Si crear nuevas soluciones a los problemas de siempre es la esencia de la innovación, ¿qué papel juega en los emprendimientos? Para el experto colombiano, esto está muy claro: “En los nuevos emprendimientos la innovación es todo. Javier Cardona, el fundador de 1DOC3, fue alto ejecutivo de una multinacional, y cuando le preguntaron qué cambió en su vida al pasar de ser ejecutivo a emprendedor, él contestó: ‘No tengo que pedir permiso’”.
“Todo el que trabaja en una gran corporación sabe que tiene que pedir permiso para todo y hay muchas organizaciones que aún castigan el error, pero si no se cometen errores de manera sistemática no hay innovación. Ahí las startups juegan un gran papel porque no tienen que pedir permiso”, analiza Rojas al respecto.
Como inversionista ángel activo en Latinoamérica y como fundador del Club de Ángeles Inversionistas, la comprensión de Rojas acerca de esta nueva figura clave en el mundo de las startups es total. En este sentido, erradicando falsas creencias y allanando el camino, así los define: “El inversionista es una persona de negocios, tiene corazón y quiere aportar una idea, pero verdaderamente quiere un retorno. Viene a ayudarte pero quiere multiplicar su inversión, y que el multiplicador sea grande para que compense la curva de riesgo de rentabilidad ya que la inversión es en etapa temprana”.
Siguiendo con su idea, Rojas argumenta: “Muchos piensan que son ambiciosos, pero asumen un gran riesgo. El inversionista ángel viene a asumir riesgos pero también quiere aportar conocimiento, experiencia y conexiones de valor. Por todo eso los dólares que invierte valen más. Viene a hacer su negocio y también hay una conexión emocional, no es ningún ángel de la guarda, viene a arriesgarse contigo. No viene a protegerte, viene a ayudarte”, advierte.
Teniendo en cuenta el gran valor que aportan, incluso además del económico, es que los emprendedores anhelan impactarlos. Para Rojas, el camino para lograrlo es concreto, aunque no por eso sencillo: “Hay que preparar un buen pitch y aceptar cualquier invitación por insignificante que parezca para transmitir la idea del negocio. En ese sentido, HubBOG juega un papel importante en Latinoamérica ya que hace eventos de todo tipo para que la gente gane visibilidad y se dé cuenta si tiene sentido lo que está haciendo”.
A la hora de conocer los secretos de este tipo de inversiones, Rojas tiene en su repertorio algunos consejos para aquellos inversionistas que desean volcarse a la innovación. El primero, olvidarse de la infalibilidad: “No fallar es imposible, pero la teoría de portfolio aquí funciona aún más y con mayor impacto. No debes invertir tu capital en una sola startup, divídelo y haz mínimo unas cinco en el primer año”.
“Los fondos de inversiones, las grandes aceleradoras buscamos eso: un unicornio”, asegura Rojas, y revela: “Si le pegaste a uno en el portfolio, te salvó, si le pegaste a dos tienes una rentabilidad de portfolio y si le pegaste a tres ya eres millonario. Haz diez, quince, veinte inversiones, rota tu portfolio, abre inversiones, todo depende de tu presupuesto, pero siempre diversifica. Ese es el mensaje para el inversionista que formo en el taller, aquí no hay fórmulas mágicas”.
Desde sus inicios, HubBOG ha asesorado a miles de startups y ha acelerado e invertido o acompañado en los procesos de inversión puntualmente a 456 empresas. Al mismo tiempo, cuenta con 159 ángeles inversionistas en el Club Ángel y tiene más de 50 fondos de inversión que asisten a sus foros de inversión mensual. Entre sus graduados, tiene casos de 26 países distintos, entre Australia, Estados Unidos, Canadá, Silicon Valley, Europa y Latinoamérica. Además, fueron los primeros en abrir un espacio de coworking en Colombia, el más grande entre los primeros cinco de Latinoamérica con 500 metros cuadrados en 2010.
“Nos ha encantado crear cosas nuevas”, asegura Rojas, y expresa: “Nos gusta seguir creando y es lo que vamos a seguir haciendo. HubBOG es esto, hoy en día tenemos clientes de todos los países. Mantenemos muy buena relación con el gobierno japonés y coreano, también con Latinoamérica y España. HubBOG es ese campus global de emprendimientos”.
“El hilo conductor de todo lo que hace HubBOG son los casos de éxito, ellos nos hacen muy orgullosos”, asegura Rojas. Es que sí, su aceleradora tiene verdadera experiencia en el surgimiento de poderosas e innovadoras startups que son, en definitiva, las que construyen su innegable aval.
Intentando mencionar solo algunas, Rojas enumera: “Tengo grandes experiencias con 1DOC3, también con UBITS, que es la plataforma de e-learning más madura de B2B de Latinoamérica. También estuvo Tappsi, la primera App que existió en Colombia, luego se fusionó y hoy es parte de Cabify. Otra plataforma es Trii, que funciona para la compra y venta de acciones del mercado de valores y está logrando unir la bolsa de Colombia, Perú y Chile a través de su aplicación tecnológica. Puedo también mencionar como ejemplos a Koggi, BioCredit y Muraby, aunque estoy dejando muchísimas otras exitosas afuera”.
Cuando no habla de startups e inversiones, Rojas también tiene un perfil más que interesante y que aporta muchísimo valor en la faceta más humana. Aunque claro, tal como aclara, todo está muy relacionado.
“Algo que le digo mucho a quienes son padres es que inviertan en sus hijos, en sus aprendizajes y en sus estudios, pero que no los condicionen. Muchos padres piensan que si solo tienen títulos los van a considerar, y hay otros caminos. Por ejemplo, si por el camino del emprendimiento está impactando a millones de personas le está aportando a la sociedad”, aconseja sentidamente.
Con el foco en su propósito más que nunca, Rojas ya diseña su próximo paso que, lógicamente, será en el área que más le interesa y de la que más sabe. Si bien ya tuvo un primer paso fallido, quiere volver a intentarlo con toda la experiencia acumulada.
“Ya hice un intento fallido pero ya se donde estuvieron las fallas, por eso mi próximo paso es un fondo de inversión. No lo voy a hacer solo, se debe hacer con partners, por lo que ahora me encuentro en esa búsqueda y análisis. Es un fondo de inversión para una buena cantidad de startup para impactar y darle una buena métrica de impacto social, ambiental, de bienestar y todos estos elementos que tanto hacen falta. Esos que impactan positivamente a muchas personas, fiel a mi propósito”, concluye.
Fuente: Next idea4u
https://www.nextidea4u.com/news/117-rene-rojas-a-partir-de-los-emprendimientos-se-puede-cambiar-el-mundo